Pobre provincia mía, frase que podría enunciarla cualquiera de nuestros próceres. Mientras acordes de tierra adentro estremecen multitudes y esperan en la línea de largada las comparsas que entretendrán por un tiempo, la política sucia se encarga de la tristeza y amargura del pueblo, mientras cocinan a fuego lento traiciones, deslealtades y miserias, despilfarran dinero de todos en beneficio de una banda de facinerosos, aplicado a operativos de prensa destinados al descredito del otro, a la emboscada del adversario como si se tratara de un enemigo, menoscabando la inteligencia colectiva y como si no entendieran, cortos de materia gris, promueven una lluvia acida que también les alcanzaría.
Manipulan como titiriteros a personajes de la política barata y sus adyacencias, hablan con código de mafias sin rubores. Así las cosas, con esencia de burdel perfuman los ambientes que merodean, no seria nada que inunden los ámbitos propios, lo más repugnante es que lo hacen con el propósito de obligarnos a oler y consumir la mugre que promueven.
Personajes de toda laya desfilan en las afiebradas mentes oficiales, cualquier camino es valido para la pretensión y aunque colisionen con reglas básicas de moral y civismo, ni hablemos de normas legales, accionan con el mas puro estilo goebbeliano. La procesión de vulgares se acrecienta con la cercanía de etapas de recambio sin que ello se parezca en nada a lo distinto, aceptan dócilmente el rol y los senderos que les imponen y así constituyen la pléyade de serviles dañinos al interés general por solo migajas sucias de un modelo de poder en ruinas.
Parecían lejanas las imágenes de “ocupas mafiosos y sinvergüenzas” utilizando a gente necesitada de aposentos, simplemente porque aquí otra mafia se encargaba de esconder otro modelo, aun mas perverso, de “okupas atorrantes”.
Plagaron escenarios oficiales de gente de esa laya, provocando encuentros carentes de valores esenciales, humillantes para el común. Hay que tomar determinaciones ya o será muy tarde cuando despertemos de la siesta provinciana, muchos están atentos a que se hace para la organización, esa que vence al tiempo, renunciar algo en lo personal puede significar sin embargo un gran aporte al beneficio colectivo. Hay que juntarse y arremangarse, neike chamigo.

Personajes de toda laya desfilan en las afiebradas mentes oficiales, cualquier camino es valido para la pretensión y aunque colisionen con reglas básicas de moral y civismo, ni hablemos de normas legales, accionan con el mas puro estilo goebbeliano. La procesión de vulgares se acrecienta con la cercanía de etapas de recambio sin que ello se parezca en nada a lo distinto, aceptan dócilmente el rol y los senderos que les imponen y así constituyen la pléyade de serviles dañinos al interés general por solo migajas sucias de un modelo de poder en ruinas.
Parecían lejanas las imágenes de “ocupas mafiosos y sinvergüenzas” utilizando a gente necesitada de aposentos, simplemente porque aquí otra mafia se encargaba de esconder otro modelo, aun mas perverso, de “okupas atorrantes”.
Plagaron escenarios oficiales de gente de esa laya, provocando encuentros carentes de valores esenciales, humillantes para el común. Hay que tomar determinaciones ya o será muy tarde cuando despertemos de la siesta provinciana, muchos están atentos a que se hace para la organización, esa que vence al tiempo, renunciar algo en lo personal puede significar sin embargo un gran aporte al beneficio colectivo. Hay que juntarse y arremangarse, neike chamigo.
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